
Y ahora permitidme una licencia, sé que no debía pero es que lo tenemos al lado, me refiero al Lago Tanganyika y los pueblos que se acomodan en sus orillas, como los Bembe, solo que a estos no sé porqué, se les adscrive ahora ‘técnicamente’, como asentados al sur del distrito de Kivu en la República Democrática del Congo.
Pero es que están en ambos lados del longilíneo Tanganyika; en el noreste de la R.D.C. hay unos 85.000 mil individuos y en el oeste de Tanzania, más de millón y medio.
Es cierto que culturalmente están más cerca de los modos y maneras de los pueblos Bantús del Congo, como los Lega, sus vecinos y algunos clanes Luba.
Sea como fuere, este pueblo hace magníficas figuras con magníficas y representativas escaras de sus gentes y tan magnífcas como las del torso que podeís ver aquí debajo.

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Los Bembe del Tanganyika
Los Bembe, a lo largo de los siglos de convivencia, han ido asimilando muchos modos de los Boyo y Bemba en sus artesanías, con magnifico resultado; y maneras de los Lega en sus rituales, reglas de convivencia, que basan en la rectitud y coherencia del individuo con respecto a su pueblo, con los de fuera mantienen las formas pero cuidado si se va con malas intenciones, sus creencias y el culto a los antepasados del linaje.
Creen que honrar a los espiritus de la naturaleza o Bahomba, les proporcionará lluvia o buene caza, si es al espíritu de la tierra, M’ma, protegerá y fecundará sus cultivos, y el del lago Tanganyika o Mkangualukulu, propiciará la pesca, entre otros; agregar que son excelentes pescadores y por fuerza comerciantes de ese producto, fresco o seco y de sus trabajos artesanos sobre todo de madera por su calidad.
Si hasta el siglo XVIII su existencia resultaba armoniosa, en el transcurso de este su relación con estos pueblos se incrementó y no solo por la demografía, sino por las migraciones que hasta su remoto territorio llegaban producidas por la presión expansionista de los invasores blancos, bajo las premisas del colonialismo belga y de los comerciantes de esclavos. Hasta hoy en día reivindican sus tierras no sin generar conflictos.
Los disturbios entre Hutus y Tutsis
Los disturbios entre Hutus y Tutsis les afectaron, hasta el modo de no poder acudir a pescar. Eso hizo que se volcaran en la agricultura, de ahí los conflictos por la tierra, cultivando arroz, maíz, chufas, alubias y plátanos principalmente.
Crían cabras, ovejas, cerdos, y gallinas, trabajos que realizan las mujeres. Los hombres mentras se ocupan de la caza y de arrendar terrenos para el cultivo a algún vecino. Tambien extraen oro aluvial y estaño con cierta productividad.
Carecen de autoridad central, siendo los jefes patriliniales de clanes quienes la ejercen, al estar todos englobados en la renombrada y entre ellos prestigiosa sociedad del Bwami que regula y toma las decisiones políticas, económicas, y judiciales que afecten a la comunidad,
Pasando por Rwanda y Burundy y habiendo saludado y quedado para más adelante con los Tua, los Hutus y los Tutsis, que gustan de hacer otras cosas pero no escaras, pasemos a Tanzania donde volvemos a encontrar a los Maasais, y de nuevas a los Datoga, Sukuma, Nyamwezi, Gogo, Haya, Hadzabe, Irakw y otros ciento veinte pueblos más, que tampoco se hacen escaras, o al menos yo no los conozco aunque veremos alguna actividad concreta en otros apartados.
Y esto nos lleva a territorio de Angola.
Angola
Angola es un país con 1.246.700 km2 para una población de cerca de 25 millones de habitantes.
Se concede que los primeros habitantes fueron los Khoi San o Joisan cazadores recolectores antes y ahora casi que también pero del atropellado y desiquilibrado tropel de turistas.
Luego llegaron las migraciones bantús, que para el siglo XV se les encontraba establecidos con su ganado y cultivos sobre todo en la meseta de Huila; portugueses al poco y algo más tarde los böer conformaron la región.
Los más importantes grupos culturales lo forman, como siempre por orden alfabetico y su % poblacional, los BaKongo 13%, Mbundu 25%, Nganguela 9%, Nyaneka Humbe 5%, Ovibundu 35% y Tsokwe 13%, según pronuncian o Chokwe. Herero, Ovambo.
Como cualquier pueblo, estos tienen a su vez subgrupos y clanes.
Volviendo a nuestro propósito de hablar de escaras y ahora del torso, decir que la colonización, la impuesta civilización de esos colonos que no la suya y la globalización, con vericuetos como la religión o tipo de indumentaria que comportan, hace casi imposble encontrar fotos de estos tiempos, teniendo que remitirnos a lo que voluntariosamente legaron otros, de ahí la dificultad de encontrarlas y de conseguir una a una, hacerlas nítidas.
Los BaKongo
Dejando el orden alfabético para seguir nuestro camino de oeste a este y de norte a sur encontramos primero a los BaKongo, conglomerado de clanes que vimos en la República del Congo y en la Democrática.
Los que hayais leído los textos sobre el Reino Congo, los Lunda o los Tshokwe, recordareis que a los reyes o grandes jefes de esos pueblos se les llamaba N’gola, vocablo que los portugueses trasmutaron por Angola.
De los BaKongo, situados al norte en la frontera con los Congo hemos leído y visto creo que suficiente, y estos son aquellos y no añaden nada más.
En la esquina noreste están los Tshokwe, Chokwe o Quioco y Lunda a caballo con Zambia.
a: Tshokwe Cuanhama Gangela. Foto de Antonio de Sousa 1906. Con marca de agua
b: Tshokwe o Quioco. Foto Elmano Cunha e Costa 1936. Con marca de agua.
Origen Bantú
Todos los pueblos de Angola, excepto los Khoi San, son de origen Bantú y están estrechamente relacionados.
De hecho, la amalgama de subgrupos o familias dispersas tanto por Angola como por Zambia y el norte de Namibia la componen los Tshokwe ya mencionados, los Ovibundun los Mbunda, Lunda, Luchazi, Luena, Lovale y una serie de pueblos más que se rigen por la sociedad iniciática del Mukanda, por lo que casi todas sus manifestaciones culturales se asemejan.

Sus escaras, sí son identificables con las que se pueden ver en las representaciones culturales que hacen.
Lleva la cruz Chingelyengelye, aporte cristiano, en medio del esternón, y al rededor de esta la Vamwangana como jefa o posible heredera, pues muchas mujeres lo son, indica también que pertenece a la sociedad femenina Ukule que regula la vida social, siendo la de los hombres la Mugonge y la escara que les define a ellos como jefes o sucesores Mwangana.
La sociedad femenina Ukule
Al ritual de pubertad de las niñas se le conoce como Wali y estaba supervisado por la sociedad femenina Ukule. Consistía, aún lo está, en una iniciación social y sexual a la que seguía la aplicación de dichas escaras llamadas Katala Makovu, o ‘mira mi ombligo’, que son las que llevan las muchachas de las fotos a a la h tras lo cual, preparada en lo femenino y social, se hacía ver su predisposición al matrimonio o lo más común, se le presentaba un prometido, previamente aceptado.
En la mayoría de los rituales Wali, a la niña se la aísla de los varones habitando en una pequeña cabaña previamente adaptada, donde es visitada regularmente por las mujeres mayores de los alrededores.
A cada niña se le asigna otra como asistente, la Kashambeo, para que la acompañe y atienda todas sus necesidades. L
a niña debe permanecer en silencio a lo largo del Wali, hablando solo en susurros a su asistente si surge la necesidad.
c y d:muchachas Ovambo Foto Elmano Cunha e Costa 1936. Con marca de agua. El ritual femenino tiene lugar durante el período de menstruación de cada niña.
Los rituales Wali
El primer día del ritual, la niña generalmente es desnudada y llevada a un árbol específico cerca de la aldea. Se acuesta en posición fetal, cubierta con una manta frente al árbol, mientras que las mujeres cantan y bailan alrededor de ella para aixlarla y protegerla de las fuerzas externas.
Mientras la niña se sienta frente al árbol, se dice que está en ‘el lugar de la muerte’ contemplando la muerte y el final de su infancia.
Es entonces cuando antiguamente se le realizaban las escarificaciones, primeramenta sobre el pubis llamadas generalmente mikonda, y el elongamiento vaginal.
Al atardecer, ahora también, su maestra la ayuda a ir a la cabaña, donde se le enseña la conducta de una mujer, el comportamiento sexual apropiado y a bailar en público y privado. Al día siguiente, la joven es bañada, vestida y adornada para la presentación de su baile público.
Ella ahora ya no es Nyali, la niña que entró, ahora se la conoce como Muali la joven madura.
Manuel Jordan nos aclara ciertos datos:
Los patrones de escarificación
Y él mismo continua diciendo:
Manuel Jordan
“Los patrones de escarificación no son simbólicos; más bien son nemotécnicos porque les recuerdan a las mujeres cosas particulares.
El primer y más básico conjunto de cicatrices, llamado Nyakaka, que significa simplemente ‘marcas de mujer’, consta de tres líneas paralelas incisas en el pubis, y comúnmente también se representan en figuras escultóricas.
Este patrón que las niñas experimentan, se puede efectuar en la infancia, en vez de durante la iniciación, como parte de la preparación para dicha iniciación.
Las líneas alrededor del ombligo tienen el nombre Katala Makovu, o ‘mira mi ombligo’.
Otros patrones aparecen por lo general en la parte posterior, incluyendo Majiku, ‘fuego de cocina’ y hanonosia, ‘estrellas’.
“Las mujeres a las que entrevisté consideraban que las cicatrices faciales, que raramente se ven en mujeres mayores, son bellas, pero no particularmente eróticas. Esto refuerza la observación de Marie-Louise Bastin de que las cicatrices faciales son ‘marcas simbólicas y de reconocimiento ritual’ que designan la membresía en clanes y sociedades particulares”.
Jordan, Manuel, ‘Chokwe. Art and Initiation Chokwe y Related Peoples’, 1998.
e yf: Mondombe g yh: Ovibundu Bailundo.
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